Aprender a perder
De niños a algunos se nos facilitaba, a unos más que a otros, el hecho de perder ya fuera en un juego o incluso con algunas notas del colegio. Por mi parte, creo que me criaron de una manera en la que perder no era bien visto y seamos sinceros nunca he sido un buen perdedor. En fin, hoy a mis 35 años encuentro el porqué de mi divorcio termina siendo un momento tan devastador para mí. No me malinterpreten no creo que divorciarse sea sinónimo de perder, al contrario se puede ganar mucho al aprender del mismo, sin embargo, termina siendo devastador para mí porque he perdido casi toda mi vida en este proceso. ¿A qué me refiero con mi vida? Yo, Fernando Macías, puedo decir que mi vida se resumía en: familia, amigos, rutinas, trabajo y pareja. Carajo, ¿por qué nadie nos advierte que al crecer vamos a perder esto y más? Estoy casi seguro que al nacer nos deberían dar un manual de instrucciones y una página que diga grande: ADVERTENCIA, crecer viene con efectos adversos. No digo que to