Heroin

Se llama Julián, tiene 25 años, cabello castaño, piel morena, ojos claros y una mirada siempre pensativa, como si le faltara algo, lo raro es que no sabe qué. Adicto a la heroína desde los veinte, él dice que no es una adicción, según él es algo común como tomar café por la mañanas, la heroína no le hace mal, en cambio es su única compañía cuando se siente realmente solo. Lee varios libros ya sea Nietzsche, Kundera o lo que alcance mientras no sienta la necesidad de inyectarse, sus padres lo abandonaron, pero él no los culpa, él siempre fue una carga.

Tiene muchos amigos, pero para él todos son unos hipócritas, menos Pablo, él si lo entiende, incluso lo salvo de morir de una sobredosis. Era de noche y llovía fuertemente en Bogotá y como todos los viernes Pablo y Julián iban a salir, no les preocupaba conseguir mujeres, les preocupaba no poder disfrutar de laciudad, de la noche bogotana en la cual encuentras de todo un poco, disfrutas y por obligación al menos debes levantar la cabeza para ver alguna estrella.

Eran las 9:30 p.m.y Julián nada que llegaba a la casa de Pablo, era extraño ya que ante todo Julián era un hombre muy puntual sin embargo, Pablo sentía que algo no estaba bien y realmente ya estaba preocupado. Bajo apresurado a coger un taxi y llamó más de 6 veces al celular de Julián, pero él nada que contestaba, mientras lo que Julián veía era indescriptible.

Julián no tenía novia fija nunca le gustó el título y la libertad era algo muy suyo, tampoco estaba enamorado de otra cosa que no fuera la heroína y por primera vez la vio, blanca y con forma de mujer, su propia creación. Labios carnosos, voluptuosa y pelirroja, desbordaba deseo por su piel, él nunca se había sentido tan atraído por una mujer antes, estiraba sus brazos para tocarla y ella tan sólo lo atraía al fondo de un bosque algo espeso y húmedo.

Pablo sube las escaleras casi sin aire, tiene una copia de las llaves del apartamento de Julián, lo encuentra en el piso ya botando espuma por la boca y piensa para sí mismo "-hijueputa Julián, por qué no eres adicto al sexo o a alguna maricada así-".l Decide entonces llamar a una ambulancia mientras bota la jeringa y el resto de heroína; pero Julián, él está con ella y no quiere volver, su olor es incluso mejor que el de las flores ¡oh heroína!. Ella sabe que ya lo tiene, que su encanto va más allá de cualquier poder físico, ella sabe que lo posee en cuerpo y mente y no lo dejará ir.

Llegan al hospital y Pablo está tan preocupado que siente el corazón en las manos, piensa que si Julián se le muere será su culpa. "-Todos estos años y no haberlo llevado a rehabilitación, todos estos años y no haberlo intentado ni una sola puta vez-". De repente, el médico llega y con una palmada en la espalda le dice que no hay de qué preocuparse, su amigo estará bien. Luego de unos días Pablo visita a Julián en el hospital, lo quiere regañar y a la vez abrazar, agradecerle por no haberlo dejado solo, por seguir en la lucha con él, pero Julián no es el mismo. Después de haberla visto promete nunca más volverla a dejar, según él antes de volver en sí, la última imagen que recuerda fueron las lágrimas de ella recorriendo su dulce mejilla y él no se quiere arriesgar, él no la quiere perder, Pablo se enoja, pero Julián le explica que él no lo entiende que ella sí es real, que todos estos años ella ha sido su compañía, él solo tenía que cruzar el límite, eso era todo para poderla ver.

¡Oh dulce heroína!, ella todavía lo espera, ella sabe que él ya no es autónomo, se alegra porque sabe que él va a volver, esta vez para quedarse y ella tendrá uno más en su repertorio, disfruta atraerlos, pero más disfruta consumiéndolos.


Comentarios

  1. supongo que es difícil comentar cuando uno se queda sin palabras.........

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  2. Sandra muy bella la historia, impecable escritura y realmente es una buena analogía entre la droga y el amor, ellas tienen en común lo mismo: la adicción. En algunas ocasiones las personas caen (caemos) en una adicción a una felicidad que esconde bastante sufrimiento y que a veces parece un camino sin retorno. Cuando perdemos el control de la situación simplemente no hay nada que los demás puedan hacer por uno...

    Me gustó mucho, te felicito

    Saludos.

    Sergio.

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    Respuestas
    1. ¡Gracias!, en serio me alegro que te haya gustado :) Y pues la verdad tienes razón, esas adicciones son de las más difíciles, consumen bastante y hacen perder por completo el ser que uno esta acostumbrado a ser.

      De nuevo gracias por leerlo :).

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