Un dulce sabor

La gente sonríe, siente en su corazón un sentimiento que los acobija y muy dentro sienten el dulce, un sabor que a veces nos da la vida. El problema es que no ha todos les gusta el dulce y más cuando parece demasiado, lo que no saben es que así como la vida te da y no te das cuenta, luego te quita. Lo dulce en exceso no lo valoras hasta que se vuelve muy amargo, hasta que sientes el sinsabor.

No todos viven el dulce de la misma manera o medida y dicen por ahí que los que odian el dulce, alguna vez lo probaron y alguna vez les gustó, ellos son los más desdichados de todos. Ellos no supieron distinguir los sabores de la vida y perdieron el gusto del sabor. Dicen también por ahí que no a todos les nace ser dulces porque en su vida no recibieron la dosis suficiente, porque uno no puede dar lo que no tiene, porque eso nace, eso no se obliga. Y es que sabores hay muchos, pero nadie sabe cuáles son las medidas exactas para el sabor perfecto.

Sí el dulce hostiga, pero tan solo sino lo pruebas de diferentes maneras, sino lo acompañas de diferentes comidas y momentos, sino te das un respiro y tomas agua por un moment y bueno, sino lo acompañas quizás con la persona correcta. Dicen por ahí que puede llegar a ser adictivo y a comparación de otros sabores se te presenta de manera sincera en momentos específicos de la vida. Dice también que la gente dulce se cansa de serlo no porque no reciban el mismo dulce que alguna vez dieron, sino porque recibieron un sabor amargo a cambio, un sabor algo ácido que no cortaba bien con el dulce del momento y hacia ver su dulce patético.

Finalmente, la vida afirma que todos los sabores son importantes, pero el dulce suele ser el más extraño, ya que puede tener el sabor a un sentimiento reconfortante que viene de adentro.

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