Este instante

10:30 p.m.

Matías llega al apartamento con un par de cervezas y encuentra a Laura y a Mariana hablando como si fueran ya mejores amigas, para él eso era bueno, ya que Mariana era algo así como un filtro, si le caía mal a Laura no iba a ser un buen presagio. Mariana y Laura dejan de hablar por un momento y mientras Laura acompaña a Matías a la cocina para preparar algo de comida, Mariana recoge las cartas, las que hace un momento se encontraban desplegadas sobre el tapete, las esconde dentro de su bolso mientras la música sigue sonando:".. But I just keep on laughing hiding the tears in my eyes, 'cause boys don't cry .... boys don't cry....".

10:48 p.m.

Laura sale de la cocina con unas galletas y dos cervezas en la mano, una para Mariana y una para ella, se detiene y mira la sala en la cual solo queda una botella vacía y le pregunta a Matías si en algún momento vio a Mariana salir. Él responde extrañado con un no y se dirige de todas maneras a revisar. Al ver que Mariana no se encuentra en el apartamento,Matías algo preocupado la llama al celular, pero ella no contesta, ella no quiere hablar con nadie. Mientras, Mariana maneja con la música a todo volumen sin dirección alguna, se pregunta a si misma ¿a dónde irá a parar? Sin embargo, es lo último que importa en estos momentos, ella da vueltas por varias calles, le gusta manejar de noche con las calles solas y las luces por doquier que hacen de Bogotá algo especial.

11:16 p.m. 

Después de recorrer hasta la Candelaria, con el corazón agitado Mariana decide ir a un lugar más tranquilo y recuerda la pequeña casa abandonada de sus abuelos en Zipaquirá. A mitad de camino debe parar para tomar algo de aire, mientras observa las estrellas con un frío tremendo que inunda el ambiente. Mariana no para de preguntarse así misma si todos estos años en serio han valido la pena, ella no entiende cómo en su cabeza siempre tiene un millón de pensamientos e ideas, no entiende como puede sentir tanto y no querer sentir nada a la vez, simplemente no entiende por qué el arte y las letras. De repente, Mariana ve los colores de manera distinta, recuerda sus cuadros, el olor a pintura y los lienzos que alguna vez dejó en blanco por miedo a darse cuenta de que era un fracaso total. Lleva consigo ese miedo a ilustrar todos los demonios que aún lleva adentro y que sabe que al verlos simplemente no podrá reconocerse una vez más al mirarse al espejo.

12:12 a.m.

Al llegar a la casa de sus abuelos Mariana siente como todos los recuerdos de su niñez vuelven poco a poco, ya no es la artista de 25 años, es Mari la consentida de la casa, a la que su abuela consciente por completo y a la que le dan todo lo que ella pida, sin importar lo que sea, definitivamente es una casa llena de buenos recuerdos. En estos momentos Mariana siente una euforia indescriptible y piensa cómo este lugar alejado de la ciudad podría servirle como un nuevo estudio para toda sus obras, duraría horas pintando con música y sin ninguna distracción posible y así quizás podría por fin encontrar alguien que se hiciera cargo del taller y así ella comenzar a dar clases por su cuenta.

1:00 a.m. 

Después de recorrer todo el lugar para encontrar algo de madera para encender la chimenea y con lo poco que le quedaba de batería a su celular pone algo de música. Esta vez un sentimiento de frustración y algo de tristeza la inundan, prende el fuego, no se cansa de observarlo y de pensar qué le depara el destino. Recuerda como a sus 22 años llegó a pensar que el arte no era lo suyo y por poco abandonó todo para comenzar una carrera de "verdad" como decía su padre. Piensa en sus 23 años, cuando se enamoró perdidamente de uno de sus profesores y el sentimiento de amor la inundaba de tal forma que pensó jamás se repetiría con nadie más, cosa que después la sorprendió al conocer a otra persona que la llevaría a sentir eso y mucho más. Recapitula sus 24 años cuando por fin pudo abrir su propio taller y su padre al fin estaba orgulloso de ella por haber hecho algo con todo su talento. Todo esto en menos de 5 años, y sí, aún así le preocupaba su destino, eso que algunos llaman futuro y otros lo incierto.

2:00 a.m. 

El fuego de la chimenea ya muy opaco, por la poca madera que Mariana ha puesto, se va desvaneciendo. Ella por su parte ya está a un paso más cerca del llanto mientras quema una por una las cartas del mazo de Laura, no es el futuro lo que desea saber esto es algo que ella misma podrá construir, es su presente el que quiere arreglar. Mariana quema las cartas, quema las fotos del lugar, quema las flores marchitas, quema los lienzos, quema su ropa y quema una carta, la del diagnostico de su nueva enfermedad; es aquí donde comienza su bipolaridad.

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