Guitarra

Con guitarra en mano lo vi cantar y encantar. Su voz era suave, pero masculina con un toque ronco la verdad y la letra de esa canción combinaban justo con todos mis pensamientos. Creo que hasta perdí la noción del tiempo en ese momento y no, no quiero sonar cursi tan sólo hay momentos en que es necesario dejar de ver el reloj y mejor concentrase en el ahora.

Pedí varias bebidas, un cuba libre, una cerveza y al final le dije al mesero con una sonrisa y un guiño lo siguiente: "-bueno está bien, tráeme un vodka por fa-". Todos estaban acompañados, la gente no suele salir sola y menos a estos sitios, pero yo decidí dejar toda mi compañía en casa. Empezaba una nueva canción y yo sólo me imaginaba esa canción en todos los momentos felices de mi vida, de repente se me cayó la cerveza y mil pedazos de vidrio quedaron en el suelo junto con un poco de mi sangre al intentar recoger todos los pedazos al mismo tiempo, ya qué me daba pena ser vista. El mesero me ayudo con gusto y me preguntó si necesitaba ir a casa, levante mi mirada y le dije que ya estaba en casa. Él sonrió, imagino pensando que ya estaba muy borracha, cosa que no pasa porque después de muchos años de competencia con mis amigos necesito más de "tres copas" para en serio emborracharme, pero él no lo sabe. "-Silvia, hablo en serio te pido un Uber y ya está"- él mesero me conoce de hace años no entiendo porque pensó que ya era hora de irme si yo estaba bien o al menos quería estarlo. "-Pablo, no fresco yo pago por el vaso y no rompo más ¿si?-". Daba pena lo sé, sin embargo, fue la única vez en el que él levanto la mirada de su guitarra y miró al público para verificar todo estaba bien.


¿Acaso él sabe quién soy yo? No, nunca lo supo, de pronto algún día sospechó que mi mirada se concentraba más en él que en el resto, pero jamás cruzamos palabra y no fue cobardía claro que no. Lo que sucedió fue simple y se los voy a explicar de manera sencilla. Siempre que alguien tiene un extraño encanto y lo conocemos una de dos o ese encanto crece o simplemente lo vemos como un mundano más y el problema no está en la segunda reacción sino en la primera; simplemente porque cuando el encanto crece en ocasiones nos enamoramos, compartimos muchos momentos juntos nos acostumbramos el uno al otro, nos amamos, soñamos juntos, nos separamos y nos desvanecemos el uno del otro. Después de todo lo anterior la persona pierde todo su encanto y no es justo borrar el encanto de nadie.


Comentarios