Inicios

La vida va tan rápido que quizás no nos damos cuenta de lo valioso que es tener nuevos inicios por más pequeños que sean. Todo inicio es valido, desde la primera vez que besaste a una chica a la primera vez que hiciste trampa en un examen.

"-Quizá, el problema estar en hacernos grandes, sí Manuel el problema está ahí-". ¿De qué hablas Martín? El problema es olvidar el placer de hacer las cosas por primera vez, los nervios, la emoción, la aventura y la mirada perdida en todo lo desconocido. Mira Manuel, la primera vez que conduje me sentí como Juan Pablo Montoya tenía 15 y mi papá decidió que me iba a enseñar a la antigua en un lugar baldío, donde no causara daños y con regaños cada dos minutos por no hacer los cambios bien o por frenar como busetero. ¿Y hoy? Hoy me estreso cada vez que me subo al carro, ya no disfruto igual, no sé dónde quedó la aventura y es verdad, de pronto, solo sea costumbre, pero hombre que pereza perderle la emoción a las vainas. Mire no más hay cosas que uno no espera y pasan. La primera vez que fui a una entrevista de trabajo, me acuerdo que fui en traje y con la mejor actitud posible, la cita era a las ocho en punto, llegué incluso antes y como es la vida de miserable que al final de la entrevista después de haber hecho todo bien, me levanto para dar la mano y despedirme, mi billetera se cae y con ella dos condones los cuales caen en los pies de la entrevistadora, ni para que le cuento lo rojo que me puse.

Hay de todo en las primeras veces Martín, yo nunca olvidaré la primera vez que vi llorar a mi mamá. Tenía ocho años y llegué a la casa después del colegio, ella siempre me tenía el almuerzo listo y me daba un abrazo revisando después mi maleta. Ese día el almuerzo estaba servido y ella estaba sentada en la sala mirando por la ventana y cuando me le acerqué me dijo: "-no se preocupe mijito todo está bien, vaya y almuerce que se le enfría la comida-". No podía desobedecer, pero es la comida más amarga que me he comido viejo Martín. Ya luego me le senté en sus piernas y la abrace, ella rompió en llanto y me dijo que mi abuelito había fallecido, ese hombre para ella lo era todo, él era su héroe.

Viéndolo así el problema no es hacernos grandes, el problema está en no valorar las nuevas experiencias y los nuevos inicios buenos que se nos dan ¿no? Viejo Martín el problema es no buscar nuevos inicios, la monotonía lo mata a uno. Yo no le había querido decir, pero esta es la primera vez que conozco el mar. Que va Manuel, usted todo un señor de 45 años con su familia y demás me va a echar cuento y me va a decir que no conocía el mar, esa si no se la creo. No me crea, igual el emocionado soy yo, mis hijos creen que este viaje es para ellos cuando en realidad es para mí, por eso vinimos todos, porque quería compartir con ellos la experiencia y con usted también, ya qué como próximo yerno ya es parte de la familia. ¿Y bueno, cómo se siente? ¿Cómo se siente qué? Pues cómo se siente la primera vez frente al mar don Manuel. ¿Sabe Martín? Se siente infinito, se siente como aquella navidad en la cual por primera vez recibí lo que le había pedido al niño dios.


Comentarios